La Trinidad es el dogma central sobre la naturaleza de Dios en la mayoría de las iglesias cristianas. Esta creencia afirma que Dios es un ser único que existe como tres personas distintas o hipóstasis: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
Algunas confesiones minoritarias, como las iglesias unitarias, los testigos de jehová y los pentecostales unicitarios, así como las iglesias binirias, rechazan esta creencia. Los mormones afirman creer en la Trinidad pero tienen una interpretación específica y radicalmente diferente del dogma mayoritariamente aceptado.
Fuera del ámbito del cristianismo pero en otra fe también monoteísta, el corán menciona la Trinidad y se muestra contrario a ella.
LA MIRADA, Calif. (BP) — La Trinidad, ¿qué es lo primero que se le viene a la cabeza cuando escucha esta palabra? ¿Sabía usted que la palabra Trinidad no se encuentra en la Biblia al igual que la palabra Biblia tampoco está en la Biblia? ¿De qué manera afecta nuestra vida que Dios es trino? Muchos cristianos creen correctamente que la Trinidad es una doctrina esencial de nuestra fe, pero desgraciadamente no se dan cuenta de la importancia que tiene para nuestras vidas. Reconozco que ésta era mi percepción hasta que hace varios años una clase con el profesor Scott Horrell me abrió los ojos a las grandes implicaciones de la Trinidad para nosotros como cristianos, para la iglesia y para la familia.
En primer lugar, La Santa Trinidad es una doctrina importante a los largo de toda la Biblia. El Antiguo Testamento da evidencias de la Trinidad aunque enfatiza claramente el monoteísmo. En contra de las religiones politeístas de su época, el gran énfasis del AT es en la unidad del único Dios verdadero, el Dios de Israel: Dt.6:4 “Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es”. También en el AT se dan varias implicaciones del Dios trino. Por ejemplo, La palabra hebrea para “uno” (ehad) en ocasiones representa una unidad compuesta (Gen. 2:24, “serán una sola carne”); hay pasajes en los que Dios parece hablar de sí mismo en plural “nosotros” (Gen.1:26, “Hagamos al hombre a nuestra imagen…”); y dos de las tres palabras principales para referirse a Dios en el AT están en plural: Elohim (Dios, lit. “los poderosos”, 2570 veces) y Adonai (Señor, lit. “mi Señores”, 449 veces).
La Trinidad enseña que hay un solo Dios en tres personas diferentes, el Padre, el Hijo y El Espíritu Santo. El Padre es Dios y es el Padre de: Cristo (Mt. 3:17); Israel (Ex. 4:22); ángeles (Job 1:6); todos los cristianos (Rom. 8:14-17). El término Padre indica que Él es la fuente de la cual todo procede. La palabra Padre no fue muy usada para referirse a Dios en el AT (14 veces), quizá para distinguir al Dios de Israel de los dioses paganos como progenitores de semidioses y humanos. El término Padre (Gr. Pater) es usado especialmente en Juan (122 veces). La palabra aramea Abba se encuentra tres veces en el NT, se usaba por niños e hijos para mostrar respeto.
Jesús afirmó claramente en Juan 10:30 que el Hijo es Dios con esta declaración asombrosa “Yo y el Padre uno somos”. Romanos 9:5 también declara la divinidad de Jesús, “de quienes son los patriarcas, y de los cuales, según la carne, vino Cristo, el cual es Dios sobre todas las cosas, bendito por los siglos. Amén”. El Espíritu Santo es una persona de la divinidad que tiene intelecto, emociones y voluntad. 2 Corintios 3:17 enfatiza claramente su divinidad, “Porque el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad. Él es el Parákletos, el “otro Consolador”, otro que comparte la misma naturaleza divina que Jesús (Juan 14:16, 26).
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